Hay ocasiones en las que uno se olvida de todo lo que exprime su mente y recobra el hilo de lo realmente importante en una vida. Situaciones en las que una exclamación sale de nuestros labios a la vez que los ojos parecen salir de sus órbitas como a niños ante una sorpresa o un deseo cumplido. Descubrir la escala humana en el estudio de Frank Ll. Wright en Oak Park, encontrar el mueble justo para ese rincón de tu casa, llorar ante una película de la que no esperabas nada más que dos horas de imágenes y música sin diálogos loables,... tantas y tantas situaciones ante las que cada uno siente de nuevo esa alegría que te da cuerda. Para mí, la música es uno de esos motores que mueve mi mundo y, el descubrir una melodía nueva, una nueva canción que despierte estos sentimientos aletargados, olvidados y coartados por el día a día me llena de felicidad. Si, además, esta melodía genera un recuerdo .agradable. de las víctimas de una situación como la vivida aquel Jueves, mayor es el motivo.
Gracias Eduardo por hacerme feliz en una tarde cualquiera.