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El estudio OAB ha diseñado "un lugar arquitectónico que moldea una topografía nueva y juega con la luz y las sombras" para el nuevo paseo marítimo de la Playa de Poniente en la ciudad de Benidorm. (memoria dixit)
El diseño cromático y el pixelado cerámico son referencias claras de los trabajos de Burle Marx en Copacabana y de Antoni Gaudí en el mirador del Parque Güell.
Desde mi punto de vista, la actuación es bastante acertada en la generación de nuevos espacios servidores y de servicio tanto de cara a la playa como al paseo marítimo, además de proyectar un reflejo metafórico, muy evocador y humano, de la línea de marea en su llegada a la arena en el de ésta en su roce con el paseo marítimo.
Sin embargo, se me plantea una duda. ¿Es igual la intención que percibimos y describimos al mirar las vistas aéreas del proyecto a la que percibiríamos si transitásemos por él? Seguramente no. ¿Resuelve la funcionalidad del proyecto para con el usuario la inexistencia de esa imagen conceptual a nuestra escala humana? Esa imagen orgánica y cromática es muy potente en la puesta en valor del proyecto.
