La ciudad de Nueva York, una de las más importantes e influyentes del mundo, se organiza en torno a cinco barrios bien diferenciados según su planificación urbana, su actividad económica y comercial y al uso principal que se desarrolla en cada uno de ellos. Casi todos, Bronx, Staten Island, Queens y Brooklyn, son de uso más residencial, sin excesiva actividad comercial ni terciaria, quedando toda ella concentrada en el barrio de Manhattan, el hito generador de tendencias mundial.
Manhattan tiene muchos de los negocios y centros de entretenimiento y culturales de la ciudad. Central Park, el pulmón de la ciudad, tiene cuatro millas de largo y media milla de ancho, y está ubicado en el mismo centro de la isla, dividiéndola en dos sectores. La parte sur de la misma es llamada "Downtown", y la sección justo al sur del Parque Central es llamada "Mid-town". Todo lo demás, desde el medio del parque hasta el extremo norte de la isla, generalmente se llama "Uptown". La península de Manhattan queda flanqueada al Este por el East River y al Oeste por el río Hudson, fundamental en el crecimiento económico y comercial de la ciudad en la primera mitad del siglo XIX, junto con el desarrollo de la iluminación eléctrica y grandes obras de ingeniería como el primer tren subterráneo o el puente de Brooklyn.
Nueva York es una de las ciudades más emocionantes del mundo. A menudo se la llama "la Ciudad que nunca duerme". De hecho, Times Square parece más vibrante y activa a la medianoche que la mayoría de las ciudades al mediodía. La ciudad tiene muchas atracciones turísticas como la Estatua de la Libertad, la Central de las Naciones Unidas, el Edificio Empire State y más de 300 museos. Es famosa por su gran variedad de opciones de entretenimiento como los teatros de Broadway, de fama mundial. Hay más de 30.000 restaurantes en la ciudad, y un incontable número de bares y clubes. Esta constante actividad genera numerosos cambios en sus must. Aunque los edificios históricos y su trama urbana tan característica casi nunca cambian, las zonas más populares, los locales más visitados y los hitos de culto comercial y nocturno varían a menudo. Vamos a destacar varios de los más importantes a lo largo de la historia y los que actualmente se encuentran en boca de todos los visitantes y habitantes de la ciudad.
Manhattan ofrece todo tipo de opciones adaptadas a su precio y estilo personal. Profundizando un poco más y exceptuando la milla de los museos, que abarca toda la longitud de la 5º Avenida a su paso por Central Park y donde podemos visitar templos del arte pasado como el Metropolitan o el Guggenheim, quizás todo el arte, los comercios más importantes y las zonas más populares en la Gran Manzana se aglomeran en el Midtown de Manhattan. Desde Madison, Lexington y la 5ª Avenida, destinos clave con grandes almacenes de alta gama como Barneys, Bloomingdale’s y Saks Fifth Avenue (un gran escaparate donde todos los transatlánticos de la moda y tecnología exponen sus novedades), hasta la gran influencia mundial que en el mundo del Arte supone el MoMA, pasando por Central Station, el Empire State, el edificio Chrysler y los Teatros y Musicales que aquí abarrotan las aceras de la Avenida Broadway, se dan cita en esta zona de la ciudad.
Algo más al Sur, bordeando la calle Houston, que cruza la península de Este a Oeste y que históricamente supuso el límite entre la antigua ciudad holandesa y la nueva ordenación en retícula, encontramos el barrio del Soho, donde exquisitas boutiques como la tienda de Prada, diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhass, especializadas en estilos atrevidos y vintage o museos como el de Arte Contemporáneo de Kazuyo Sejima regeneran el panorama de un barrio degradado por la droga hace no más de 15 años y que en la actualidad es una de las fuentes más importantes de tendencias mundial.
Al Oeste de la ciudad, la restauración del antiguo High Line en el distrito de las galerías de arte (Gallery District) y la creciente importancia del Meat Packing District hacen de la zona el nuevo icono del Arte y la Moda en Nueva York. Diseñadores de la talla de Alexander McQueen, Stella McCartney o Lucy Barnes dan a conocer sus diseños rodeados del ambiente genuino que envuelve la zona, con restaurantes como Florent o Pastis (hito en la serie Sex in the City) y clubes a la vanguardia en la ciudad como Cielo, Lotus, Double Seven o P.M.
Por el contrario, si lo que se busca son gangas, los mercadillos de Chelsea o Century 21 en el bajo Manhattan ofrecen importantes descuentos en artículos de diseñadores.
Tanto si se prefiere ir de escaparates, darse el gustazo o descubrir las últimas tendencias, Nueva York lo ofrece todo.
Para finalizar, uno no puede volver de Nueva York sin:
. Recorrer Central Park de Norte a Sur, parando en el Metropolitan y, aprovechando a comprar un hot dog o tupper de fruta troceada en alguno de los numerosos puestos ambulantes de comida que encontrarás normalmente en cualquier esquina de la ciudad.
. Pasear por la 5º Avenida desde el Sur de Central Park hasta Time Square y subir por la otra acera hasta llegar a la tienda de Apple, hito tecnológico y del diseño.
. Visitar Wall Street, donde la Bolsa decidirá si podremos seguir comprando o no o qué nos merecerá más la pena comprar. Wall Street se traduce como la calle del muro, nombre que le viene porque allí se construyó la primera muralla defensiva de indígenas e ingleses en la originaria Nueva Amsterdam. De hecho, hoy en día aún podemos observar viviendas cuyas fachadas se asemejan a las que en Amsterdam se asoman a los canales en muchas zonas de Manhattan, sobre todo junto al puente de Brooklyn, donde se ubicaba el puerto originario de la ciudad.
. Recorrer el puente de Brooklyn, hito turístico de la ciudad y una de las mayores obras de ingeniería de la época en que se construyó, desde donde podremos ver el Ferry que navega hasta Staten Island y la Estatua de la Libertad.
. Macy´s, Bloomingdale’s, Starbucks y un largo etcétera de tiendas y locales que obligatoriamente vas a “vivir” si visitas la ciudad.
. Tomar un café en la zona de la Universidad o salir de copas por el Meat Packing District. Una velada escuchando Jazz o Blues en directo y las innumerables oportunidades que ofrece la noche en la ciudad.
. Por último y a título personal, uno no puede dejar la ciudad sin experimentar la sensación de tomar una copa en el club de la última planta del Rockefeller Center, por la noche, con toda la ciudad iluminada a tus pies. De película.