ENTREVISTA: ROBERTO URIA, PRESIDENTE DEL PATRONATO DEL PRADO

"EN EL PRADO HUBO CONSENSO PORQUE EL ARTE AMANSA A LAS FIERAS"

MADRID. Rodrigo Uría es un abogado de fama internacional, curtido en mil batallas empresariales, fusiones y adquisiciones, cuyo nombre resuena con tanta o más fuerza en el mundo de la cultura española. Sólo por haber estado al frente de las negociaciones que trajeron a España la colección Thyssen-Bornemisza ya merece un lugar destacado en nuestra sociedad. Pero es también un amante del arte vinculado al Patronato del Prado desde hace 16 años nada menos -«mi vinculación emocional al museo es muy anterior, nace en la infancia, y se la debo sobre todo a mi madre», confiesa-.
Hoy sigue en la brega inacabable de las grandes corporaciones -como asesor jurídico de Acciona navega por las procelosas aguas de las opas- y además es presidente del Patronato del Prado al inaugurar su ampliación. «Si no me muero de esta...» así nos recibe, con un apretón de manos y la sonrisa cómplice, en su despacho.
Durante la presentación de las obras de Moneo pronunció unas palabras impactantes que desmontaron todos los sambenitos del museo. Lo conoce a fondo. Fue vicepresidente del Patronato en la etapa de Eduardo Serra, aunque ya había ejercido la presidencia en funciones durante un largo periodo tras la muerte de José Antonio Fernández Ordóñez.
-La ampliación ha sido un camino tortuoso. Usted, que lo ha vivido en primera fila, debe pensar que el fin de las obras es un milagro.
-Desde luego, es una enorme alegría. Lo que fue muy laborioso, realmente, fue lo que pasó antes de la obra. Es decir, que desde el pacto parlamentario sobre el cual se asienta esta ampliación, en 1995, cuando los dos principales partidos acuerdan apoyar el proyecto, estuviese quien estuviese en el poder en cada momento, desde entonces hasta hace cinco años, que fue cuando comenzaron las obras, habían pasado mucho tiempo y muchas cosas. (...)
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