LA SAGRADA FAMILIA QUIERE CRECER MAS

El ritmo de las obras de la Sagrada Familia es casi trepidante. En 1994, sólo trabajaban en el templo 35 personas, ahora pasan de las 150. El número de visitantes crece sin parar. Si en 2005, los ingresos por visitas llegaron a los 16 millones de euros, en 2006 los cuatro millones de personas que contemplaron la basílica dejaron en la caja 18 millones, además de otros cinco por ventas en las tiendas. Esa progresión de ingresos y el perfeccionamiento de la tecnología constructiva han provocado una celeridad en la obra del templo impensable hace 15 años.
Todavía queda bastante trecho del proyecto del templo y ahora se trabaja en las torres y en la cubierta y falta el cimborrio de 170 metros de altura -que dominará el cielo barcelonés-, así como completar la fachada de la Glòria. Sin embargo, la junta constructora empieza a acariciar la idea de adecuar el entorno siguiendo el dibujo que pensó el arquitecto: abrir paso en el entorno para que la Sagrada Familia luzca sin obstáculos. Y por eso han decidido convocar un concurso internacional, para que sean otros arquitectos los que apunten soluciones.
"La idea de Gaudí era muy ambiciosa. Dibujó una estrella en las manzanas del Eixample que iban a rodear el templo de manera que nada tapara la perspectiva del conjunto", explica en un despacho de la junta constructora -a tiro de piedra del templo- el presidente del patronato, Joan Rigol. Aquellos planos entraron en el registro del Ayuntamiento de Barcelona en 1916 e incluso se llegaron a hacer cálculos de los metros cuadrados de afectación urbanística que algo así supondría. (...) El Pais Digital